Cómo formulaba las pinturas Leonardo Da Vinci
Ing. Químico Vanessa Palomo Vizcaíno
Leonardo Da Vinci fue mi primera referencia en el mundo de pinturas, aunque no por sus obras más famosas como La Mona Lisa o La Ultima Cena, sino porque me pareció increíble como en la antigüedad se comenzaron a desarrollar las primeras pinturas de la historia, al menos a documentar cómo se hacían, cuando muchos años antes los seres humanos solo contaban con elementos y materiales naturales para crear recubrimientos que incluso duran hasta el día de hoy, maravillas del ingenio de nuestros ancestros.
¿Qué pensarías si supieras que solo con la yema de un huevo era posible crear una pintura?
Los recursos para hacer pinturas, en murales o en lienzo, eran exclusivos para la alta sociedad en Europa que podía pagar los materiales que venían de Oriente, por eso es impresionante pensar que mezclaban esos pigmentos importados con una simple yema de huevo, algo que para nosotros es tan común en nuestras vidas.
¿Por qué se usaba la yema de huevo?
Al igual que cuando estamos preparando una mayonesa casera, la yema de huevo actuará como aglutinante uniendo todas las partículas (que naturalmente no son solubles entre sí) en una sola fase. Esto es lo que hoy conocemos como Emulsión.
Así es como Da Vinci, sus maestros y estudiantes, hacían emulsiones para crear literalmente obras de arte.
Las emulsiones base agua (yema de huevo con agua) fueron evolucionando en sus aplicaciones y formulación luego del nacimiento de la polimerización. Tecnología que Da Vinci no tenía acceso en la época, ya que es un proceso químico relativamente joven de hace solo unos 100 años y que consiste en la unión y transformación de monómeros, incrementando el tamaño de cadena para crear productos de mayor peso molecular conocidos como “polímeros”. Sus características dependerán de la naturaleza propia de los monómeros y el proceso de síntesis.
En la actualidad contamos con polímeros en emulsión, lo cual resulta mucho más práctico para la fabricación industrial de pinturas y recubrimientos. La escala industrial necesitaba una solución con mucha mas ingeniería que toneladas de yema de huevo, que bueno ¿no?
Podemos entonces entender que la emulsión es el medio principal para crear una pintura, conocido como el vehículo, esto por tres razones: es el aditivo que más se usa en la formulación, define que tipo de sistema se está formulando y permite que todos los componentes se unan entre sí.
Una pintura o recubrimiento desarrolla sus características especificas por la tecnología que pueda aportarle la emulsión, principalmente porque de este vehículo depende la formación de la película del producto, tiempo de secado, brillo de la película, elasticidad del recubrimiento, viscosidad y definición de aplicación final.
Cuando defines la aplicación del recubrimiento, ya sea para exterior, arquitectónicos, pisos, impermeabilización, demarcación vial, metales o industrial, artísticos… eliges también el tipo de emulsión que necesitas, que pueden ser acrílicas, vinil-acrílicas, estireno-acrílicas, homopolímeros.
Sin embargo, de acuerdo con la emulsión las características de diseño y fabricación son distintas. Factores importantes como el contenido de solidos en emulsión, viscosidad, temperatura de transición vítrea (Tg), temperatura mínima de formación de película (TMFF), elasticidad, entre otros, tienden a guiar técnicamente a los formuladores para la mejor elección del producto.
Formular un producto con emulsiones acrílicas base agua tiene ventajas importantes en los mercados de recubrimientos desde hace varios años, desde el punto de vista ambiental, se usa menos el sistema solvente. Y con nuevas tecnologías, investigaciones y multifuncionalidad de productos, los sistemas base agua resultan de excelente calidad/precio para las marcas comerciales.
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